Un día me apareció un fuerte dolor en la rodilla derecha que no se iba y parecía que era de los meniscos.
Como no tenía papeles sanitarios todavía, no podía ir al médico.
Se lo empecé a pedir a Guadalupe, a la que tengo devoción después de leer su vida, y ha desaparecido el dolor.
Ya me puedo arrodillar y hacer vida normal.
E.H., España, 12-X-2016