​No tenía la culpa

En Navidad aumenta el tráfico en la ciudad. Un día, parada en un semáforo en rojo, un auto manejado por un joven me cerró, y al hacerlo se le rompió el espejo lateral, pues rozó con el mío.

Foto: Just Us 3

Se detuvo y me reclamó diciendo que era culpa mía. Se mostró muy alterado. Le contesté como mejor pude y me fui. Él me siguió, y me cerraba con el coche para tratar de detenerme. Lo hizo tres veces.

Cuando creía que ya me había “escapado", volvió acompañado por un agente de policía. Me detuve. Los dos querían llevarme a la Delegación para arreglar el asunto. Yo me había encomendado desde el principio a don Álvaro. Él sabía que yo no tenía la culpa; además, tampoco tenía dinero para pagar el espejo del coche.

En plena discusión en la calle, sin llegar a ninguna conclusión, y yo muy nerviosa, se orilló una camioneta blanca a nuestro lado. De ella bajó una señora que nos dijo que había presenciado todo y que yo no tenía culpa. Que la culpa era del joven, y que yo no iba a ir a la Delegación. Además, dijo que quien podría ir a la Delegación eran ellos dos, pues era miembro del Departamento anti-asaltos: y presentó su credencial. Para terminar exigió al joven que pidiera disculpas. Le agradezco este señalado favor a don Álvaro.

C.H. San José Insurgentes (México).

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